La remodelación del edificio se realizó hace cinco años a través de la Generalitat. Desde entonces se han tenido que arreglar diversos problemas como la ornamentación de la fachada, puertas o los baños.
Clara Parra Roncero
El Casal Jove de Vila-real sigue dando quebraderos de cabeza al equipo de gobierno local pese a haber pasado escasos cinco años de su acondicionamiento y mejora en unas obras que costaron cerca de 900.000 euros a la Generalitat y duraron cuatro años.
El objetivo no era otro que ofrecer unas instalaciones en condiciones para que los jóvenes del municipio contaran, tras diez años de espera, con un local en el que pudieran reunirse asociaciones, realizar cursos y actividades como a día de hoy se llevan a cabo.
Tras arreglar varios problemas de desprendimientos de la ornamentación de la fachada, que tuvieron que ser subsanados poco tiempo después de recepcionar la obra, plantear la insonorización de las instalaciones para poder albergar conciertos y espectáculos o arreglar algunos problemas de las instalaciones del agua, baños o puertas, que han supuesto un coste de 40.000 euros a las arcas municipales, ahora deberán de hacerse nuevas obras, según fuentes municipales.
Sin cobertura de garantía
En concreto se trata ahora de un problema de humedad, en la parte del espacio juvenil que comparte pared con un antiguo almacén, por lo que habrá que impermeabilizar la zona para evitar que el problema vaya a más y mejorar o cambiar las puertas de los ventanales que dan a la calle “ya que están descuadradas las persianas y no se pueden ni subir ni bajar”, ha confirmado el edil de Juventud, Xavi Ochando.
Según el concejal, todas estas mejoras más las que se han realizado en los últimos tiempos han sido y serán subsanadas por las cuentas municipales ya que las garantías o bien se habían devuelto o caducado.
