Luis Aleixandre Giménez. Ingeniero Técnico Industrial. Técnico de Energía.
Señoras y señores: llegan las elecciones! En estos inicios de precampaña electoral todo el mundo toma café. Me explico; café con el candidato del partido político de turno. Casi todos los partidos se han inclinado a utilizar la fórmula propagandística de tomar café con los electores. Veo claramente la finalidad política del acto ya que demuestra cercanía y complicidad con el posible votante, al que se le tienta para que se acerque a tomar café y a contarle al candidato de turno los problemas que le atenazan. Si indagas un poco en las redes, observas este tipo de actuaciones en casi todos los partidos políticos: azules, rojos, verdes o naranjas, con gaviotas, con rosas o con círculos. Esta manera de atraer a nuevos e inocentes ciudadanos a las cercanías de un partido político se me antoja un poco ridícula y con una falta de clase latente.
Veámoslo desde un punto de vista simple e inmediato. Si los partidos desean atraer a los futuros votantes para que escuchen sus propuestas electorales, que no los inviten a café. Señores políticos, invítenlos a un gin-tonic o a cenar en un buen restaurante y verán como se les llena el chiringuito. Ya no te digo si reparten 50 euros a cada sufrido ciudadano consumidor de café, con los que podrán pagar un cachito del recibo de la luz o del seguro del coche. Lleno total.
Si abordamos el tema desde un punto de vista menos simple e inmediato, nos damos cuenta que los partidos políticos que utilizan esta estratagema, no sólo desean atraer a posibles votantes para llenarles los hemisferios cerebrales con sus propuestas idealistas, sino que se atreven a pedirle al ciudadano que les cuenten cómo mejorar aquellos aspectos de su ciudad que consideren deficientes, que propongan ideas para rellenar su programa electoral. Y sin cobrar. Sólo por un mísero café tienen que desplazarse a donde se celebre tan magnífico acto y proponer actuaciones políticas que se suponen que deberían conocer tan estupendos partidos candidatos. ¿Por qué preguntan estas cosas?, ¿acaso no se dedican a la política porque son sabedores de la problemática de su ciudad y quieren llegar a gobernar para poder darles solución?, ¿de verdad no conocen los problemas de sus conciudadanos ya que necesitan preguntarlos? Pues si es así, vamos bien! Recordando un programa televisivo: la que se avecina!
Habrán notado en mis palabras un tono ligeramente molesto y no van nada desencaminados. Abordemos el tema desde un punto de vista serio y consecuente. ¿No sería mejor tomar café con los ciudadanos una vez se ha accedido al gobierno municipal?, ¿alguno de ustedes sabe de algún concejal o alcalde, ya electo, que semanalmente o mensualmente tome café con sus ciudadanos para recabar sus preocupaciones?, ¿saben ustedes lo que cuesta reunirse con un concejal o alcalde electos para presentarles una queja e incluso una propuesta de mejora ciudadana? Papeles, instancias, solicitudes y todo un procedimiento administrativo y otros trámites que generalmente no dan sus frutos. ¿Funciona este mundo al revés?
Pues eso es lo que me indigna. Señores representantes de los partidos políticos, háganme caso: ganen primero en las urnas el gobierno local y el café para luego!