La mejora ha supuesto el cambio de mobiliario, la reorganización de espacio y la colocación de nuevas zonas de juego para niños y de actividades para mayores.
Clara Parra Roncero
La remodelación del parque de La Panderola es la décima actuación contemplada en el plan de mejora de jardines impulsada por la concejalía de Servicios Públicos. Una reforma que ha costado 42.000 euros y que sobre todo ha consistido en adecentar el entorno de la salida del colegio Carlos Sarthou, donde se ha colocado adoquinado en el perímetro de acceso al centro educativo, se ha mejorado el firme, el sistema de riego y alumbrado, se han plantado varios árboles, entre ellos una olivera procedente del pabellón Melilla, así como una zona de mesas y diversos juegos infantiles homologados.
Además, y según ha explicado el concejal de Servicios Públicos, Francisco Valverde, en la zona frente a la antigua estación de La Panderola se ha aprovechado el recinto de juego de bolos para reconvertirlo en una zona deportiva para gente mayor con la instalación de diversas máquinas para realizar ejercicios físicos. “Los parques son espacios para que la ciudadanía disfrute de ellos al aire libre, por eso consideramos que hay que mejorarlos y adaptarlos a las necesidades de nuestros vecinos”, ha afirmado, para agregar que “todo se ha hecho de la mano de empresas locales y con la eficiencia económica como premisa con reutilización de material para optimizar los recursos municipales”.
El edil ha recordado que a esta actuación se suman otras acciones municipales como el acondicionamiento de la plaza José Soriano, donde se han invertido 36.000 euros, la mejora de la plaza del Labrador, así como del jardín de San Pascual, las Dominicas, Cariñena o la plaza San Ferran.
Pintura especial anti 'pipis'
El concejal de Servicios Públicos también se ha referido al problema que suponen las micciones de animales en las farolas de alumbrado público que llegan a podrir el mástil y suponen un peligro para la ciudadanía ante una eventual caída. “Se han retirado muchísimas en estos años ya que las continuas micciones de los animales pudren la base y pueden provocar la caída de la farola. Estamos utilizando una pintura especial que evita esta corrosión y estudiando poner unos conos protectores al resto de alumbrado público para evitar que los animales puedan hacer sus necesidades allí”, ha avanzado el edil, quien ha cifrado en más de 30 las farolas que se cambiarán próximamente en la ciudad por este problema de educación social.