El Ayuntamiento de Vila-real prevé adjudicar la cafetería del restaurante El Molí a finales de febrero. La intención es que una empresa externa pueda explotar el servicio mientras que los salones de arriba e inferiores puedan ser utilizados para congresos. Se fijará una tasa de uso. “Hoy por hoy el Ayuntamiento de Vila-real es propietario y todo está en regla, las licencias preparadas y todo listo para que la persona que consiga ganar el concurso pueda abrir mañana”, ha explicado José Benlloch.
Clara Parra
El equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Vila-real sigue dando vueltas a la idea de qué hacer con las instalaciones municipales del antiguo restaurante El Molí ubicado en pleno paraje del ermitorio de la Virgen de Gracia.
Una patata caliente que corre peligro de deteriorarse, tal y como pase el tiempo, si sus puertas siguen cerradas y no se consigue darle un uso que mantenga las instalaciones en condiciones. Por ello, el Consistorio ya ha adquirido recientemente todo el material de mesas y sillas que había en la instalación con el objetivo de reducir al máximo el canon del concurso para abrir el establecimiento ya que en varias ocasiones éste ha quedado desierto por la falta de interés.
Así, el alcalde de Vila-real, José Benlloch, ha anunciado que en breve se sacará a concurso solo la parte de la cafetería del edificio con el objetivo de que algún restaurador opte a explotar esta parte del inmueble junto a la terraza que tanto éxito tuvo el pasado verano en los aledaños de la piscina del Termet. Si todo va bien y los planes municipales se cumplen la adjudicación podría ser una realidad a finales de febrero o principios de marzo.
La intención que persigue el primer edil es sacar la concesión de la cafetería, con capacidad para albergar unas ochenta personas, para un máximo de cuatro años, mientras que el resto del inmueble, es decir, el salón superior que tiene capacidad para medio millar de personas y el inferior, situado a la altura del río, dejarlo para posibles eventos como congresos o conferencias que no solo organizaría el Consistorio sino también cualquier entidad particular que estuviera interesada mediante el pago de un canon “que se pondría a un precio razonable”, puntualizó el munícipe.
“Hoy por hoy el Ayuntamiento es propietario y todo está en regla, las licencias preparadas y todo listo para que la persona que consiga ganar el concurso pueda abrir mañana”, explicó Benlloch.
El primer edil descartó, de momento, la idea de convertir este edificio municipal en una especie de escuela de gastronomía que podría estar asociada con la Escuela de Hostelería de Castellón ante las dificultades económicas que acarrea el país y la falta de apoyos de otras administraciones, sobre todo, de la Generalitat Valenciana para poder desarrollar el proyecto.
