Clara Parra
Vila-real se llena, en esta época, de color rosa y blanco por los cubertores que cuelgan de muchos de los balcones de las casas y por las tiras de papel que las componentes de la asociación de Hijas de María del Rosario lanzan a la virgen como símbolo de amor, devoción y cariño. Ayer, fue el turno de las integrantes más jóvenes de la asociación quienes celebraron el conocido como 'día de les fadrines' con una multitudinaria eucaristía que arrancó a las diez de la mañana.
Una homilía en la que fue interpretada la 'Misa del Roser' del maestro Lluís Romeu, a cuatro voces y pueblo, con el acompañamiento del órgano de la iglesia Arciprestal de Vila-real bajo la dirección de Juan José Peláez.
Por la tarde, las calles de la ciudad se engalanaron para recibir a la virgen del Rosario que recorrió el centro histórico de la ciudad para gozo y disfrute del numeroso público que se agolpó para contemplarla en una procesión donde los hombres de la asociación, y las niñas de comunión del colectivo religioso, fueron los encargados de acompañarla por las calles de la ciudad en un silencio respetuoso y lleno de emotividad.
Como colofón, a su paso por la plaza Mayor, la entidad religiosa disparó, como es habitual en estas fiestas anuales, un bonito castillo de fuegos en honor a su virgen.
Los actos continuarán durante toda la semana con la celebración, esta tarde, de una misa funeral en honor a las asociadas, mañana la ofrenda a la virgen, charlas, vigilias, eucaristías, el rosario cantado o la celebración del XL Certamen Literario.