F. F.
El Villarreal saltó al césped de El Madrigal con el pasaporte asegurado para los dieciseisavos de final de la Europa League por la derrota del Viktoria Pilsen en su visita al Dinamo de Minsk (1-0). Pese a ello, el equipo de Marcelino García Toral empezó a comerse a los austriacos desde que el polaco Pawel Rackkowski dio por iniciado el encuentro. El postrero gol de Bruno Soriano valió para que los muchachos de Marcelino García Toral sumaran la victoria. Con ello empatan a 12 puntos y en la última jornada se decidirá qué equipo pasa como primero y cual lo hará como segundo.
Mucho dominio, entrando por la derecha Castillejo y Denis Suárez por la izquierda. Éste realizó buenos centros, sin encontrar conexión con alguno de sus compañeros. Así que el encuentro, salvo algún que otro latigazo del Rapid Viena, fue un pequeño monólogo amarillo. Con el paso de los minutos reaccionó el conjunto visitante.
Una falta de Jaume Costa en las cercanías del área amarilla, y que le costó la tarjeta amarilla al lateral valenciano, deparó una de las ocasiones más claras para los austriacos. El golpe franco lo ejecutó Steffen Hofmann y el arquero argentino Mariano Barbosa se lució enviando el cuero a saque de esquina.
Faltas y peligro visitante
Se fue nivelando el encuentro. El Villarreal empezó a perder el balón y el Rapid Viena fue quien empezó a comerse a los vila-realenses. Demostraron que eran un grandísimo equipo, y el líder del grupo. Apareció la precipitación y el descontrol. El segundo aviso vienense llegó en el minuto 34. Lanzamiento de Kainz y Barbosa logró rechazar a saque de esquina.
Y así, siendo superados desde el primera cuarto de hora, se llegó al descanso con el resultado inicial y con las mejores ocasiones fabricadas por los muchachos de Zoran Barisic. Eso sí, la ocasión del renqueante Bakambú fue la que cerró los primeros cuarenta y cinco minutos.
Sin novedades en el descanso
Arrancó la segunda parte sin novedades. Y eso que el franco-congoleño se marchó cojeando en la primera parte, pero salió en los segundos cuarenta y cinco minutos. El encuentro arrancó igual que en el primer tiempo, con un Villarreal que salió a por todas. En el minuto 49 Roberto Soldado se encontró con un balón dentro del área y su remate se marchó por encima de la portería de Novota.
El segundo aviso amarillo llegó en el minuto 57. El lanzamiento de Samu García lo rechazó el portero Novota, y el balón le cayó a Roberto Soldado que envió el balón al palo. El rechace acabó con una contra del Rapid Viena y en el tres contra uno estuvo apareció la figura de Barbosa, que desbarató la contra.
El Villarreal, que poco a poco fue equilibrando la situación, rompió el 0-0 en el minuto 78, el capitán Bruno Soriano se encontró con un balón rebotado en el área y el envió el cuero al fondo de las mallas. Justo o no justo, el conjunto vila-realense cobró ventaja en el luminoso.
Ese gol fue suficiente para que la escuadra de la Plana Baixa lograra un triunfo que sitúa a los de Marcelino García Toral como primero de grupo y depende de sí mismo para ser campeón de su grupo. Ahora toca centrarse en el partido de Liga que el próximo domingo le enfrentará al Getafe en tierras madrileñas. Allí, en Liga, el Villarreal sólo ha ganado uno de los seis últimos partidos que ha disputado. El calendario, en diciembre, se complica mucho con gran cantidad de encuentros de Liga, Europa League y también de la Copa del Rey.
FICHA TÉCNICA:
-1- VILLARREAL: Barbosa; Mario Gaspar, Víctor Ruiz, Rukavina, Jaume Costa; Dos Santos (Trigueros, min. 72), Denis Suárez, Castillejo (Nahuel, min. 82), Bruno Soriano; Soldado y Bakambú (Samu García, min. 51).
-0- RAPID VIENA: Novota (Strebinger, min. 60); Sonnleitner, Dibon (Maximilian Hofmann, min. 6), Pavelic, Stangl; Petsos, Schobesberger, Schwab, Steffen Hofmann, Kainz y Prosenik (Jelic, min. 86).
EL GOL: 1-0, min. 78: Bruno Soriano.
ÁRBITRO: Pawel Raczkowski (Polonia), asistido por Pawel Sokolnicki y Michal Obukowicz. Amonestó a los locales Jaume Costa, Víctor Ruiz y Bruno Soriano; y a los visitantes Maximilian Hofmann y Sonnleitner.
CAMPO: El Madrigal, ante 10.000 aficionados espectadores, de ellos unos 1.700 llegados desde Viena.